Seguramente has escuchado hablar sobre la economía de mercado o libre mercado. Más allá de tratarse de un tema muy difundido, la mayoría de las personas lo relacionan inmediatamente con la economía, aunque son conceptos totalmente diferentes.
En este artículo te enterarás de todos los aspectos relacionados con la economía de mercado, para que puedas entender con claridad este concepto. Además, encontrarás las principales ventajes y desventajas que esta supone.
¿Qué es la economía de mercado?
Se denomina economía de mercado o libre mercado a la organización de los factores productivos y de consumo de la sociedad en torno a las conocidas leyes de la oferta y la demanda, también comprendida como “la mano invisible del mercado”.
Consiste en un modelo liberal, el cual es defendido por aquellas personas que piensan que el Estado tiene que intervenir lo menos posible en las cuestiones de la economía del país.
No hay un consenso en cuanto a dónde están los límites entre una economía de mercado y una economía dirigida. Esto quiere decir que no se ha llegado a un acuerdo con respecto a una en la que el Estado condicione la economía para cumplir con un proyecto político, social o ideológico. Incluso se ha llegado a plantear la “economía mixta de mercado”, como un término intermedio.
Asimismo, hay un debate respecto a cuáles son los aspectos de la economía que tendrían que ser dirigidos y cuáles dejados al libre mercado. De todos modos, esta última situación se encuentra presente en todo el mundo capitalista en mayor o menor medida.
Ventajas de la economía de mercado
A continuación, observarás las principales ventajas que supone la economía de mercado:
- Inversión: las economías de mercado suelen animar a las empresas exitosas a invertir en empresas emergentes, incrementando, de esta manera, la calidad de la producción
- Producción eficiente: una economía de mercado beneficia a los productores más eficientes, permitiéndoles que ganen más dinero que los productores ineficientes
- Bienes y servicios producidos según la demanda de los consumidores: las estructuras de una economía de mercado aseguran que se produzcan los bienes y servicios que la gran parte de la población desea. Esto se debe a que los consumidores pagan el precio más elevado por los productos que más quieren. Y, las compañías producirán los productos que más beneficios les generen
- Recompensa la innovación: todos los productos que sean nuevos e interesantes satisfarán la demanda de los consumidores de mejor manera que los productos existentes. Y, los competidores reconocerán que pueden incrementar sus beneficios fabricando un producto innovador
Desventajas de la economía de mercado
A pesar de sus grandes beneficios, la economía de mercado también posee algunos inconvenientes, como los siguientes:
- Falta de bienes no rentables: las organizaciones suelen producir en función del beneficio. Existen ciertos bienes que no son rentables para las empresas y directamente no los producen. Este es el caso de las carreteras, parques o puentes. Ningún tipo de empresa produciría este bien en una economía de mercado, ya que no son rentables
- La distribución de la renta entre los individuos no es igual: la renta se reparte de acuerdo con la cantidad de factores de producción que una determinada persona posee y del precio de los mismos, lo cual produce desigualdad
Es decir, no todas las personas nacen con las mismas oportunidades, ni todos son habilidosos en todos los campos. Por ende, aquellos que nacen en el seno de una familia adinerada tendrán muchos más recursos que aquellos que nacen en un pueblo humilde. Por eso es que estas desigualdades iniciales terminan produciendo desigualdades en la distribución de la renta
- Las economías de mercado suelen ser inestables y provocan crisis: debido a que los precios varían en función de las decisiones de miles de millones de personas, se produce inestabilidad
- Abusos de empresas: algunas compañías generalmente desequilibran el mercado cuando son demasiado poderosas. Esto ocurre cuando poseen el poder suficiente para establecer el precio o las condiciones de venta. Un claro ejemplo de esto sería los casos de Coca Cola y Pepsi, que imponen a las tiendas que sólo pueden vender sus productos, dejándoles a estas el trabajo de decidir los productos de qué compañía vender